Yo admito que soy un poco malo a la hora de ligar. Aunque no
sea vergonzoso en mi vida cotidiana, nunca entro a los chicos, o se acercan
ellos o me quedo de sequía… jajajaj
Además, cuando se me acercan los tíos tiendo a ser un poco
borde. No sé la razón por la que actúo así, pero suelo ser un poco corta rollos
aunque me encante el tío.
Ahora os contaré la historia de “El chico”. Ocurrió a
principios de este verano, sí, es una historia un poco vieja jajajaj
Estaba yo en un bar de Bilbao, bastante, lo que se dice
borracho… piripi por aquí… piripi por allí. Y se me acercó un tio guapete, de mi estatura, morenito bonito, tupé sexy (DATO:Me encantan los tupés) y camisita
de cuadros. Me agarró del brazo.
Yo en ese momento os juro que no pensé que quería ligar conmigo. ¿Soy estúpido? Probablemente sí.
Me dijo que me quería invitar a un trago y me tiraba del
brazo en dirección a la barra del bar. YO NI ME MOVÍA. Le dije que no podía
beber más ahora y que luego estábamos. El chico se fue con sus amigos y siguió
bailando a su rollo.
¡PRIMER ERROR DE LA NOCHE!
Después de un rato largo, supongo que fue largo porque no me acuerdo de casi nada, pasé delante de él y su cuadrilla de amigos y me dirigí a
la barra con una amiga a beber chupitos. ¿Qué pudo pensar él?
SEGUNDO ERROR COMETIDO
Yo suelo bailar. Y estaba bailando por ahí. “El chico” se volvió a lanzar a hablarme. Mientras tanto lo ignoraba y me metía con
él, me dijo que se iba a casa. Mi respuesta fue: “Que duermas bien”.
TERCERO, CUARTO, QUINTO Y SEXTO….
Nunca más he sabido nada de él. Y lo peor es que ME ENCANTÓ. Era un año mayor que yo, guapo, estaba bueno, majo, además me
quiso a invitar a un trago… ¿Qué más se puede pedir de un chico? Os lo digo yo…
¡SU NÚMERO DE TELÉFONO!
Chicos y chicas del mundo, pedid siempre el número de
teléfono o un contacto, red social, etc. Yo intenté buscarle en las redes sociales y aunque he agregado a varios no lo he encontrado. “El chico” se ha
esfumado. Os digo que nunca me habían insistido tanto. Y no sé porque esa noche
me comporte de esa manera. Os juro que me arrepiento mogollón.
¡Cosas de la vida!