Tengo una amigo gilipollas. Bueno no es mi amigo, es un
chico de clase de un amigo que salía de vez en cuando con nosotros… pero por
varias razones que no tienen interés en este blog ya no sale con nosotros. Pero sigue siendo gilipollas jajajjaja
Una vez, cuando aún salía con nosotros, estábamos en un bar,
bailando y haciendo el gilipollas. Como de costumbre. Y paso un chico 2 años
menor que yo, que es muuuuuuy gay.
Yo nunca he hablado con él. Nada de nada. Pero le conocía de
vista del colegio.
Le llaman algo, no me acuerdo que nombre tiene, es un mote
desagradable, no le llaman gay directamente, pero igualmente a mí me resulta
muy desagradable.
Pienso en que mote tendría yo… que seguro que alguno tenía,
o cual tendré en la uni… Porque siempre he sido muy sinvergüenza y nunca he
pasado desapercibido en ningún sitio… jajjajajajajja Estoy un poco loco cabe
añadir…
Por decir algo, vamos a llamarle el “rarito”. Pues eso,
estábamos en el bar y pasó el “rarito” y mi “amigo” dijo algo y se fue.
Yo no estaba haciendo caso a las memeces que hablaba, pero
como no volvía pregunté dónde andaba. A lo que me contestaron que había dicho:
Voy a ir a meterle fichas al “rarito” para que se emocione y así nos reímos de
él.
Imaginad el cabreo instantáneo que tuve. Yo flipaba en
colores empecé a despotricar a decir cualquier cosa. Quería decirle de todo,
pero nos separamos en diferentes grupos y esa noche no lo vi.
Desde entonces le tengo un asco… O sea, muchísimo asco. No
he vuelto a hablar con él, y me alegro mogollón de que no salga con nosotros.
Qué asco le tengo… qué aaaaaaaaasco! Jajjajajaja
Hay que ser imbécil…
No hay comentarios:
Publicar un comentario